Algunas herramientas útiles para organizar tu búsqueda de empleo
La primera reacción cuando nos quedamos sin trabajo suele ser comenzar a buscar un nuevo empleo de manera un tanto atropellada, ya que tenemos la creencia de que el trabajo es tan escaso que sentimos una gran ansiedad y una prisa excesiva por enfrentarnos a una tarea que nos parece muy complicada.
Sin embargo, como dice Alfonso Alcántara, tus hábitos son el piloto automático de tu motivación. Efectivamente, a la hora de mantener tu motivación lo esencial es organizarte. Y no sólo por una cuestión de eficacia personal, sino porque las conductas que tienes interiorizadas las pones en práctica te sientas o no motivado ese día. Lo haces porque sabes que debes hacerlo, punto. Es incuestionable. Te sientas como te sientas. Del mismo modo que acudes a tu puesto de trabajo te apetezca ese día o no. Es una cuestión, como decíamos, de voluntad. Has decidido comprometerte contigo mismo/a en tu camino hacia la prosperidad y para ello vas cumpliendo obedientemente las tareas implicadas en tu proceso de búsqueda de empleo.
Así que ponte en marcha. Elige las horas en la que te sientas más fresco/a y mentalmente abierto/a y resérvate tu tiempo: afirma (ante ti mismo y las personas de tu entorno) que durante esas horas estarás ocupado/a. Si por estar desempleado/a pasas a estar eternamente disponible para los intereses de los demás o tus propias ocurrencias de última hora, pasarán los días sin que hayas dado un solo paso que te acerque a tu objetivo.
Elige un lugar específico como campamento base para realizar tu trabajo, (pero no reduzcas tu mundo a la pantalla del ordenador y mantén una actitud proactiva e interesada por el mundo que te rodea más allá de Internet) y siéntate delante del ordenador cada día como si ya estuvieras trabajando.
A continuación, ábrete una carpeta (o, si aún no tienes práctica con las nuevas tecnologías, coge lápiz y papel) que puedes llamar “BAE” (Búsqueda Activa de Empleo) donde podrás incluir herramientas como las que te sugiero a continuación y que tienen el fin de registrar todos tus pasos, algo que si no tienes costumbre, puede resultarte al principio un poco tedioso, pero de lo que obtendrás, al menos, tres importantes beneficios:
a) Sabrás de forma objetiva cómo se está desarrollando tu búsqueda de empleo, por lo cual, podrás evaluarla y acometer los cambios que consideres oportunos (tú mismo/a o con la ayuda de tu orientador/a laboral).
b) Quedarán registrados todos los datos (fechas, personas de referencia, formas de contacto…) de las empresas con las que contactas, de manera que si en algún momento los necesitas, podrás recurrir a ellos. No hay nada peor que te llamen de una empresa y perciban que no sabes quiénes son.
c) Es un elemento de motivación importante porque el solo hecho de poder echar un vistazo a todas las acciones que estás emprendiendo actúa de autorrefuerzo al darte la posibilidad de contemplar tu proceso como un camino que estás recorriendo en busca de tu objetivo.
Las herramientas que te sugiero para registrar tus acciones son:
- Agenda: para anotar los días y las horas de las entrevistas de trabajo y citas con posibles contactos, así como las tareas que decidas emprender. Puedes utilizar una agenda de “semana vista”: será suficiente para la información que vas a anotar y tendrás la ventaja de que de un solo golpe de vista tendrás una visión general de cómo va a ser tu semana.
Si no deseas usar agenda, te animo a que pruebes al menos con cuadros o fichas que ordenes de la forma que te resulte más cómoda (lo recomendable es que coloques delante las que te vayan exigiendo las acciones más próximas) en los que figure:
o Fecha
o Nombre de la empresa
o Dirección
o Teléfono
o Mail
o Persona de contacto
o Día y hora de la entrevista
o Qué llevar a la entrevista
o Seguimiento (cuándo volver a llamar)
- Listado de contactos: es fundamental que revises mentalmente, en tu agenda telefónica, en tus redes sociales… qué personas crees que podrían ayudarte en tu objetivo. Emprende tu “networking” particular y registra en qué fechas las contactas, en qué quedas con ellas y en qué fechas te comprometes a volver a llamarlas. Es importante “refrescar” de vez en cuando tus contactos para que sepan que sigues en búsqueda activa de empleo y tengan la opción de ayudarte. Asimismo, sé muy concreto/a en tu petición: a un contacto le será mucho más fácil recordar que buscas trabajo de “atención al cliente” que de “cualquier cosa”. De nuevo, puedes hacerlo en el listín telefónico de tu agenda o en cuadros o fichas en los que anotes:
o Fecha
o Nombre del contacto
o Nombre de la empresa
o Teléfono
o Comentarios
o Seguimiento (cuándo volver a llamar)
- Listado de empresas e intermediarios del mercado de trabajo: en un listado único o, si lo prefieres, por separado, te invito también a que con las empresas en las que te gustaría trabajar y a las que deseas enviarles tu autocandidatura y con los intermediarios del mercado de trabajo (como ETT’s, agencias de colocación…) realices cuadros o fichas en los que anotes:
o Fecha
o Nombre de la empresa
o Teléfono
o Mail
o Persona de contacto
o Comentarios
o Seguimiento (cuándo volver a llamar)
- Carpeta de candidaturas enviadas: ábrete una carpeta específica porque en ocasiones, para ciertos puestos de trabajo, te pedirán que les envíes cierta documentación (titulación, contratos, certificados de funciones…) y algún currículum específico. Te sugiero, además de tener organizada dicha documentación y varios tipos de curriculum, que abras una carpeta por cada proceso de selección que tenga unas exigencias particulares. Es posible que te pidan una carta de presentación más extensa de lo habitual o que les respondas a algún cuestionario… es importante, entonces, que guardes toda esa documentación de cara a una posible entrevista para saber qué les contaste exactamente.
Y recuerda que siempre puedes acudir a tu Servicio de Orientación Laboral más cercano para recibir apoyo y trabajar sobre éstas y otras muchas herramientas útiles en tu búsqueda de empleo.