Preguntas más habituales en una entrevista CON ORIENTACIONES (II)

Continuamos con la segunda parte de esta batería de preguntas con orientaciones que pueden servirte de ayuda en tu próxima entrevista:

¿De qué experiencia te sientes más orgulloso/a y de cuál menos?
En el primer caso, es importante que te muestres seguro/a, pero sin soberbia. Y en el segundo, es preciso que seas positivo/a, a pesar de todo y que, fuera cual fuera el motivo, nunca lo vincules a problemas en las relaciones con jefes/as o compañeros/as.

¿Cuánto cobrabas en tu trabajo anterior?
Puedes elegir entre decir la verdad o informarte previamente leyendo tu Convenio y tener en cuenta, además, las responsabilidades del puesto y otros aspectos como la nocturnidad, la peligrosidad del puesto... que se considerarían pluses. 
 
Si llamara a algún antiguo compañero/a tuyo, ¿cómo te describiría?
Se trata de que reveles aspectos que los demás perciben de ti. Aprovecha para mostrarte abierto/a a la posibilidad de que consulte a algún jefe/a o compañero/a tuyo/a (¡asegúrate que nombras a personas con las que has terminado bien!). 
O, si lo prefieres, siempre puedes decir que no puedes hablar por los demás, pero te consideras buen compañero/a.
 
Describa a su mejor y a su peor jefe/a
Para lo positivo, alude a razones profesionales y personales. Para lo negativo, céntrate en las profesionales. Y, por supuesto, evita dar referencias. La idea es que transmitas a la persona que te entrevista que has podido aprender de cada experiencia profesional, a pesar de que cada jefe/a tuviera su propia forma de gestionar su negocio y no coincidieras plenamente en todo. De ahí el entrevistador/a puede extraer que eres una persona adaptable y razonable. 

¿Qué esperas de mí como jefe/a?
Pretenden que muestres cómo ves las relaciones entre jefe/a y empleado/a. Lo ideal es que centres tu respuesta en el desarrollo de tu tarea y en tu desarrollo profesional.

¿Eres organizado/a?
Ésta es una virtud que se valora casi para cualquier puesto. Muestra la manera en que organizas tu tiempo y tus tareas para dar a entender que eres una persona autónoma que no necesita mucha supervisión.

¿Cómo ves el trabajo en equipo?
Ésta es otra de las virtudes que suelen ser muy valoradas. Hay personas que de forma natural trabajan mejor solas y no pasa nada por expresar esta preferencia, pero también hay que dejar claras nuestras habilidades para trabajar en grupo. En cualquier caso, conviene que analices bien a qué puesto optas, pues hay trabajos que precisan de espíritu de equipo y otros que valoran más tu capacidad para trabajar en solitario.

Háblame sobre el último libro que leíste
Esta pregunta puede “descolocarte” mucho. No te devanes los sesos buscando en tu memoria cuál fue el último, especialmente si no eres una persona muy lectora. Echa mano de tu recuerdo más claro sobre algún libro del que puedas comentar algo interesante; el/la reclutador/a no podrá comprobar si fue el último o cuándo te lo leíste.

Cuéntame alguna ocasión en la que hiciste más de lo que se esperaba de ti
Aquí tratan de ver si eres una persona que se limita a hacer lo justo y necesario para mantener su puesto de trabajo o si eres capaz de dar más de ti a la empresa.

Háblame de algún obstáculo con el que te encontraste y cómo lo resolviste.
Haz memoria de algún hito importante de tu trayectoria, no dejes esta pregunta a la improvisación.

Cuéntame alguna idea que hayas tenido y que se haya llevado a cabo.
Pretenden valorar tu creatividad, tu iniciativa, tu capacidad de comunicación y de organización, tu orientación a resultados…

¿Has tenido algún conflicto personal con tu jefe o compañeros?
Responde que no recuerdas ninguno importante, aunque en las relaciones personales los conflictos y las tensiones son cosas que suceden a veces. Lo esencial es que no hables mal de nadie JAMÁS, que muestres que no das importancia a esas situaciones y que eres capaz de resolverlas sin que ello afecte a tu trabajo. Otra cosa: no pongas condiciones al tipo de personas con las que tengas que trabajar y muestra tu espíritu conciliador y abierto a toda clase de personas.

¿Cómo afrontas la presión?
Trata de dar una respuesta positiva y realista.

¿Qué motivación necesitas para hacer un buen trabajo?
Enfatiza aspectos relacionados con tu predilección por el trabajo bien hecho, tu satisfacción personal al resolver problemas o al ayudar a que las cosas mejoren.

Si cubres un puesto directivo, ¿qué prefieres: que te teman o caer bien?
Mi consejo es que aludas al respeto profesional, porque ninguno de los extremos citados son aconsejables.

¿En qué situación familiar te encuentras?
Sé sincero, pero sin dar demasiados detalles. Por ejemplo, si tienes dos hijos y cada uno de una pareja distinta, al reclutador/a no le interesa. Si te acabas de separar y estás pasando por un trance doloroso, basta con decir “estoy separado”, es suficiente. La idea es dar una respuesta profesional que indique no tienes ningún impedimento para el desarrollo de tu trabajo. La situación familiar debe separarse de la laboral. 

¿Formas parte de algún otro proceso de selección?
Si la respuesta es afirmativa, admítelo, pero muestra más interés por el puesto que tienes delante. 

¿Tienes alguna otra ocupación remunerada o algún otro proyecto al que estés vinculado?
Puedes comentarlo siempre que moderes tu énfasis y asegures que no va a interferir en tu desempeño profesional.

¿Qué haces en tu tiempo libre?
Parece una pregunta inocente. Pero trata de enfocarla con discreción al puesto de trabajo y te servirá de nuevo para venderte. Por ejemplo, si es un puesto que exige concentración, puedes decir (siempre que sea cierto, obviamente) que te gusta leer o escribir. Si es un puesto que exige trabajo en equipo, expresa tu predilección por deportes como el baloncesto.

¿Por qué deberíamos contratarte?
Sin hablar de otros/as candidatos/as, conecta tu perfil con los requisitos del puesto, expón tus debilidades de forma positiva y en proceso de cambio y, por último, expresa tu unicidad.

¿Cuáles son tus aspiraciones económicas?
Infórmate de los rangos salariales relacionados y procura no excederte, pero tampoco quedarte demasiado corto.

¿Dónde te ves en 5 años?
La empresa puede querer conocer tu ambición y proyección profesional, tu nivel de compromiso con ellos de cara a los recursos (tiempo, dinero…) que vayan a emplear en formarte… Trata de ser sincero y mostrar un mínimo de perspectivas.